Día internacional de la salud mental

Cada 40 segundos se suicida una persona


Te invitamos a prepararse para dedicar «40 segundos para actuar» durante el Día Mundial de la Salud Mental del próximo 10 de octubre.

El Día Mundial de la Salud Mental, que se celebra el 10 de octubre, es una oportunidad para concienciar y movilizar a la población acerca de cuestiones relativas a la salud mental. En esta ocasión, la jornada se centrará en la prevención del suicidio.

Cada año, cerca de 800 000 personas fallecen por esta causa, y otras muchas intentan suicidarse. Cada suicidio es una tragedia que afecta a una familia, a una comunidad o a todo un país y que tiene consecuencias duraderas en las personas cercanas a la víctima. El suicidio no respeta edades y es la segunda causa de defunción entre los jóvenes de 15 a 29 años.

Este libro pretende, antes que nada, ser un testimonio. En mayo de 1988 Marina ingresó al sistema hospitalo-céntrico como secuela de una decisión judicial dictada en el marco de la muerte que provocare a tres de sus cuatro hijos, cuando tenía 35 años. A partir de ese momento “aguardó” casi veintisiete años de su vida tras las fronteras manicomiales, espacio del cual egresó en marzo del 2014. A partir de nuestro encuentro con ella y en el marco de conversaciones mínimamente estructuradas, nuestro trabajo consistió en identificar los hitos biográficos que construyeron la vida de Marina, los diferentes esquemas de vulneración de derechos (legalizados o no) que atravesaron esa vida, considerando que todos ellos confluyeron al final en su padecimiento mental. En el recorrido por las vivencias narradas, pasando por la niñez adultizada, la juventud domesticada, la vida conyugal subyugada, la maternidad tan ansiada como impuesta, el deseo “pecaminoso”, la “explosión” en el padecimiento mental y el letargo en el manicomio, Marina relató, de una u otra manera, las secuelas del abandono, el sometimiento y el ostracismo. Este libro es el re-armado de esa historia en el “decir” de su protagonista y en el “leer” de quienes decidimos acompañarla. En resumidas cuentas, ese tiempo encarnado en viva letra.

Este libro aborda el discurso médico producido en el ámbito académico-institucional por José M. Ramos Mejía y José Ingenieros, en el pasaje del siglo XIX al XX en Argentina. La investigación indaga, desde la perspectiva del Análisis del Discurso, el modo en que se enseñaron métodos de observación, clasificación y examinación de distintos “sujetos enfermos” en una sociedad convulsionada por el impacto inmigratorio y la crisis higiénica. En ese orden, se recuperan las preocupaciones por detectar a los denominados simuladores de enfermedades, que se conformaron en una problemática psiquiátrico-criminológica clave durante este período y en una obsesión recurrente de nuestro panorama cultural. A partir del estudio de estas y otras cuestiones, se busca dar cuenta de las tensiones científicas, políticas y académicas que atraviesan el discurso de dos intelectuales que gravitaron de manera notable en el pensamiento argentino durante esos años.

La experiencia como productora del texto, como motora de acontecimientos en donde la recuperación de los saberes olvidados es su horizonte. Horizonte en donde aparece la historia de un interés por transmitir un conocimiento negado. El acceso a la cultura comienza cuando el trabajador se calza el traje de narrador. Ese es el punto de arribo de una trayectoria, de un aprendizaje que demuestra como ese saber aprehendido puede invadir las prácticas reorganizando el seno donde se produce el discurso absoluto. Narrar es narrarse, contarse a través de otros, con otros, para otros, por otros. Estas palabras me permiten sostener que la posibilidad de producir conocimiento no está solamente desde las estructuras conceptuales y académicas. Son experiencias propias o relatos de otros que trabajan cuerpo a cuerpo con la locura manicomial o la llevan en el cuerpo. Discursos, ideas que se encienden en la penumbra del ostracismo manicomial y aparecen para atestiguar sobre otras maneras de ser-pensar-decir-hacer… ideas que quería compartir con ustedes y que me encantaría que ustedes puedan compartir con otros.