“Te pago con un sueño”, así finalizaba la ultima carta que Onetti le envío a Vilariño.
Estando él en Madrid y ella en Montevideo, tenían la (hermosa) costumbre de contarse, por carta, los sueños de las noches anteriores. Pero no solo referencias oníricas había en esos intercambios epistolares.
La historia empieza muchos años antes, cuando ambos estaban en su Montevideo natal y sus sueños empezaban a desarrollarse…
