Natalia Porta López, recientemente designada al mando del organismo, conversó sobre la gestión que comenzará a encabezar y desarrolló un punteo sobre los primeros objetivos que se ha trazado.
Como suceden estas cosas, Natalia Porta López fue la última en enterarse que sería la coordinadora del Plan Nacional de Lecturas. Antes de hablar con ella, Adriana Puigróss, secretaria de Educación, y Nicolás Trotta, ministro de Educación, hablaron con su pareja, el escritor Mempo Giardinelli. Ya conocían el trabajo de Natalia en el Foro Internacional por el Fomento del Libro y la Lectura que se organiza todos los años en Resistencia. También su participación en el Equipo Técnico Nacional del Plan de Lectura del Ministerio de Educación de la Nación entre 2008 y 2016, donde tuvo a su cargo las provincias del NEA y Santa Fe, hasta que Cambiemos lo cerró. Sólo les restaba el visto bueno del escritor chaqueño, que la conoce como nadie.
“Hablaron con Mempo. No es que se lo ofrecieron a él sino que le preguntaron un poco qué le parecía. Él le dijo: ‘Natalia puede hacer un buen trabajo’. Y le tomaron la palabra y acá estoy. La verdad es esa. Yo lo siento como un reconocimiento a esos años en que pasé trabajando en el Plan de Lectura y los años de trabajo en la Fundación. Esto es otra escala, porque es hacer una realidad algo que uno sueña”, le dice ahora a Infobae Cultura, en el segundo piso de la Casa Rosada, en un hall mínimo con dos sillones que encontramos al pasar. Nos sentamos y pusimos rec en el grabador.
Son las dos de la tarde y la Coordinadora del Plan Nacional de Lecturas participó de dos conferencias. La primera, junto al presidente Alberto Fernández en el Museo de la Casa Rosada, de forma más pública, frente a una enorme porción de escritores y editores que recibieron con alegría la reapertura del Plan y su designación al frente de él. La segunda, como oyente, donde Trotta y otros actores del sector respondieron preguntas a la prensa, y se adelantó que el presupuesto inicial será de 400 millones de pesos y estará destinado a la impresión de libros en el primer semestre. En ambas conferencias se dio una especie de punteo de qué políticas se realizarán. Pero fue sólo eso, un punteo, algo que ahora, en este breve diálogo, trataremos de desarrollar.
Lecturas, en plural
No se trata de revivir lo que murió en 2016 sino de crear algo nuevo. El primer cambio es el plural: Plan Nacional de Lecturas. “A mí me gusta pensarlo en muchos sentidos. Al ministro, en el sentido de los domicilios de la lectura, como dice Mempo a veces, porque la lectura puede tener un domicilio digital o un domicilio en papel; últimamente leemos cuando escuchamos audiolibros o cuando alguien nos lee. Pero también las lecturas diversas, las lecturas del mundo, el hecho de que no sólo leamos textos, que también leemos imágenes; consumimos ficción a través de videojuegos. Así que hay muchas lecturas que podemos acompañar, estimular, provocar”, asegura.
—En tu discurso dijiste que “la lectura no es un espectáculo”, ¿por qué?
—Qué bueno que me preguntás esto así lo aclaro, porque a veces alguien que lee muy bien es un espectáculo —dice y se echa a reír—, pero me refería a una especie de desconfianza que hay entre los docentes y entre quienes nos dedicamos a esto en la lectura en sí misma. Hoy, cuando se generan campañas, pareciera que tienen que tener un componente entretenedor como si la lectura no alcanzara para pasar un buen momento entonces hay que poner algo. Organizaste un evento de lectura, ah, pero pusiste música. Pero la lectura en sí misma es un hecho pedagógico. No es que leemos literatura para aprender algo, pero aprendemos. Entonces, por ejemplo, si proponemos que haya lectura en las aulas no quiero decir que en ese momento no se está haciendo nada: estamos leyendo.
180 textos
Uno de los puntos fuertes que se propone es llevar a cabo el programa “180 lecturas posibles para 180 días de clase”. Se trata de textos que clásicos y contemporáneos —se reeditará la colección “Leer por leer”— que buscan parte de la identidad nacional y latinoamericana para leer, como el título lo indica, uno por día de cursada en las escuelas. La elección de esos textos estará a cargo de un Consejo Asesor de Lecturas que, si bien aún no está conformado, se intentará incluir un abanico amplio de especialistas literarios.
Una que leamos todos
Desde el Estado se realizará una campaña titulada “Una que leamos todos”. ¿De qué se trata? “Esa es una idea de Nicolás, del ministro”, dice y agrega: “La idea es que haya textos circulando a través de espacios que el Estado destinaba a publicitar política y que se utilicen para cuestiones pedagógicas. Algo de todo ese espacio va a ser para compartir lecturas y se le va a proponer a las familias, porque si decimos que necesitamos leer tiene que volverse lo natural, entonces en la familia también tiene que volverse lo natural”.
“Si todos leemos un cuento como el de hoy, por ejemplo, tan breve pero tan significativo…”, dice en referencia al texto que leyó Eugenia Almeida —autora del aclamado Inundación— en la conferencia en el Museo de la Casa Rosada: “Golpe”, un microrrelato de la chilena Pía Barros. “Que podamos hablar de eso, porque también sale por la tele”, agrega Porta López.
Comunidades de lectores
El informe PISA de principios de diciembre dio que hablar. Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, más de la mitad de los chicos argentinos está en los niveles más bajos en lectura. “Nuestro trabajo va a tener indicadores. Yo no quiero ahora pensar ya mismo para la nota eso. Prefiero construirlos con las personas que estamos diseñando esta política que son los planes de lectura de todas las provincias. Los indicadores dependen de los avances de nuestro trabajo y eso lo vamos a construir juntos”, asegura.
Luego sostiene que “son cosas que podemos ir viendo cuando los textos circulen más, cuando las comunidades de lectores se conformen como tales. Además, hay muchas comunidades de lectores en escuelas y bibliotecas que ya existen. Nuestro trabajo ahora es ponerlas en red. Tenemos que, en todo caso, tratar de universalizar esa experiencia y llevarla a otros. Yo no espero un resultado en las pruebas PISA, aunque seguramente van a mejorarlas, pero no es a eso a lo que le apuntamos”.
“Lo que espero es que rodeemos a nuestros estudiantes de grupos que han leído mucho para que sepan qué ofrecerles, para que sepan qué propuestas de itinerarios lectores les puede interesar y pueda hacer crecer como estudiantes y como personas. Y eso lo vamos a hacer con formación muy sistemática a estos mediadores, que por supuesto en el sistema educativo es clave: docentes y futuros docentes. Ahí tenemos un trabajo enorme que hacer, en la formación docente, porque si en el momento de la formación logramos que haya muchas lecturas ese docente ya está lista con mucho bagaje de lecturas encima para ofrecer, para sí mismo y para otros”.
El Foro que organiza en Chaco es un ejemplo de cómo construir una comunidad de lectores. “Lo que queremos formar ahora es una red de comunidades de lectores, que queremos que sea tan masiva como la del Foro, pero en la que tienen que surgir experiencias de lecturas tan significativas como esa”, dice y agrega: “Seguramente si tenemos escuelas donde la literatura circula naturalmente la gente sí o sí mejorará su capacidad de comprensión, su capacidad de darle sentido a su mundo, incluso a la política, a elegir”.
Adultos lectores
¿Hoy hay tierra arrasada, usando la terminología de Bauer, en las aulas en materia de lectura? Para Porta López no, de hecho, dice, “creo que al contrario: los años del Plan de Lectura, hasta 2015 incluso, lo pudieron sostener los planes provinciales durante estos años sin tanto apoyo de Nación; fueron útiles. De hecho, cuando se hacen encuestas de lectura en el mundo quienes más problemas tienen en la lectura no son los que están en las escuelas”. Allí aparece un actor clave: los adultos.
“Necesitamos adultos lectores. El problema de la lectura es más bien de los adultos”, asegura. ¿Es posible, entonces, que este plan alcance a los padres de estos alumnos? “De hecho vamos a tener toda una línea de trabajo para las familias de recomendaciones de lecturas pero también de incorporar a las familias a estos momentos de lectura que se van a habilitar en las escuelas, que de hecho ya existen. Eso lo vamos a sistematizar, a fortalecerlo con formación, a estimularlo con más libros. Hay mucho andado. No estamos sobre tierra arrasado en esto. Si bien es cierto que se había discontinuado esta política, se había vaciado, pero tenemos una tradición de políticas de lecturas que honrar y que continuar”.
—¿Cómo te gustaría que se recuerde tu gestión? ¿Qué puntos te gustaría que la caractericen?
—Me gustaría que quede bien formada y consolidada esta red, porque los mediadores, los que llevan adelante esta tarea, comparten una idea acerca de un trabajo después es más difícil vaciar una política, discontinuarla. Me gustaría mucho que toda persona de este país que tiene la vocación de ejercer la mediación lectora tenga la certeza de que puede integrarse red que va a compartir formación, que va a compartir lecturas, que va a compartir encuentros con autores, con especialistas, para sentirse fortalecidos. Adultos lectores generan un futuro de lectores para un país.
Por Luciano Sáliche /lsaliche@infobae.com para Infobae.com