El lenguaje tiene un poder casi mágico de fabricar aquello que nombra. Cuando los medios de comunicación “hablan” sobre la escuela, mediante palabras y fotografías, suelen crear y recrear una imagen negativa de las instituciones y de los actores que las habitan. Este libro es una invitación a deconstruir el orden simbólico discursivo mediático que tiende a reforzar estereotipos bajo formas de racismo, violencia y estigmatización. Para quienes educamos y formamos a nuevas generaciones resulta una herramienta necesaria para edificar miradas comprensivas sobre las infancias y las juventudes en un mundo atravesado por el dolor social.