Dentro y fuera de “Mafalda”, Joaquín Salvador Lavado representó, representa, seguirá representando el estado de las cosas en el mundo: a veces en forma dolorosa, pero siempre desde una profunda humanidad. No hay manera de comprobar si sucedió efectivamente así, pero la anécdota es muy potente: cuentan que cuando los nazis allanaron el domicilio de Pablo Picasso en París, un oficial le preguntó si él era el autor de ese revoltijo llamado Guernica. “No, esto lo hicieron ustedes”, dicen que dijo el pintor. Ante la visión de esas viñetas que atraviesan el tiempo, que nos siguen representando, que siguen señalando […]