Se llama Nadie. Recuerda que de chico su nombre le trajo problemas, que sus amigos de Chosica, Perú, lo molestaban diciendo “Nadie hizo esto” o “Nadie sabe”, y que, en ese entonces, anhelaba llamarse de otra manera. Pero un día, un amigo de su padre le reveló la principal incógnita de su infancia: antes de que él naciera, su progenitor había buscado inspiración en la Biblia para elegirle un nombre. Como no le gustó ninguno, abrió la Odisea de Homero. Al llegar al canto IX, leyó que Ulises se hacía llamar Nadie para confundir al cíclope Polifemo, y decidió que […]